Posiblemente, para quienes somos/hemos sido freelancers durante tanto tiempo, nos sea fácil reconocer algunas de las cuestiones que voy a mencionar a continuación.
Una vez que comenzamos a trabajar como proveedores o contractors, la dinámica parece sencilla y puede funcionar. Se concreta la posiblidad de un trabajo de cierta índole, se realiza, se cobra, todos felices. Esto puede ser verdad un par de veces, al comienzo del camino, o si se lo hace como una actividad esporádica.
Salvo que lleves la actividad de la misma manera que el Señor Miyagi llevaba su bonsai, pasado un tiempo las cosas van a crecer. Y ese crecimiento puede darse de varias maneras: vas a tener proyectos más complejos, o que duren más tiempo, o que generen un mayor rédito económico, o que desafíen tus límites y te lleven a desarrollar nuevas habilidades y conocimientos. También pueden llevarte a requerir de otras cuestiones, que son las que hoy estoy explorando.
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